Agosto de 1951. En la localidad francesa de Dieppe dos mujeres inglesas disfrutaban de unas cortas y tranquilas vacaciones cuando unos terribles ruidos, semejantes a cañonazos o a fuertes disparos, las sobresaltaron de madrugada.
Asomadas a una ventana de la casa donde se hospedaban miraron en dirección al mar, ya que aparentemente de ahí procedían los sonidos. Escuchaban claramente fuertes estruendos, disparos, zumbidos de aviones, explosiones y gritos de hombres. Las aterrorizadas mujeres miraban pero no podían ver nada, no había fuego de explosiones, no había aviones, nada. Los ruidos continuaron oyéndose durante aproximadamente dos horas, para desaparecer después repentinamente.
A la mañana siguiente las mujeres, para su desconcierto, descubrieron que aquella noche no había ocurrido nada en Dieppe. Intrigadas por lo sucedido, las mujeres hicieron una detallada relación de los hechos y la enviaron a la Sociedad de Investigación Psíquica de Londres (SPR), donde decidieron estudiar los hechos.
Así, se descubrió que por aquellas fechas, pero nueve años atrás, la localidad de Dieppe, que entonces estaba ocupada por tropas nazis en plena Segunda Guerra Mundial, había sido el escenario de un fuerte ataque por parte de tropas aliadas en una especie de ensayo del Día D, la Operación Jubilee, un ataque que tuvo como consecuencia numerosas víctimas y escaso provecho.
Hoy en día los objetivos pueden bombardearse desde lejos, pero en el pasado todo el esfuerzo se concentraba en un único campo de batalla. La fuerte energía concentrada por el miedo, la ira y el dolor posiblemente marque una impronta del suceso en el paisaje. Desde hace siglos historiadores y viajeros han dejado constancia escrita de este tipo de experiencias, relacionadas con enigmáticos estruendos procedentes del mar, de las montañas, e incluso del mismo cielo. Sonidos semejantes a tormentas sin presencia de nubes, cañonazos sin batallas de por medio, desplome de edificios sin que existan construcciones en las inmediaciones. Tan recurrentes son esos episodios sonoros que algunos países poseen palabras para denominarlos. Los belgas los llaman «hipeos de la niebla», en la India se los conoce como «cañones de Barisal» y en Italia reciben el nombre de «brontidi».
Las descripciones de las dos mujeres se compararon con lo ocurrido en aquellas jornadas históricas de Dieppe. Ambas mujeres dejaron de escuchar los sonidos a las 6 de la mañana, la misma hora que figuraba en los registros militares como momento en que cesaron los bombardeos. Y había más: documentalmente el ataque comenzó a las 3:47 de la madrugada, y las dos inglesas decían haberse despertado sobre las 4:00.
¿Meras coincidencias?
-v
teoriadelmisterio
-Si el artículo te ha resultado interesante y quieres leer otros similares pulsa en seguir. Cuando haya nuevas publicaciones llegarán directamente a tu mail.