El evento Carrington

1 de septiembre de 1859, un astrónomo aficionado, Richard Carrington, observaba lo que describió como dos estallidos de luz intensamente brillantes. Sin saberlo había presenciado la mayor erupción solar de la que se tiene constancia cuyo impacto se sentiría por todo el planeta.

Por aquel momento una embarcación de tres mástiles, el Southern Cross, se enfrentaba a un importante temporal frente a las costas de Chile. Cuando el agua se calmó los marineros pensaron que estaban navegando sobre un océano de sangre, era el reflejo de un cielo teñido de rojo. Las auroras boreales habían convertido la noche en día en latitudes muy bajas, como el sur del Caribe, Italia, islas Hawái… e incluso en España, tal y como consta en la prensa de la época:

Pero las auroras boreales no serían la única consecuencia de esa gran erupción solar. La radiación electromagnética que llegó a la tierra inutilizó la poco desarrollada red de telégrafos en Europa y América del Norte, las instalaciones de cableado se fundieron y llegaron a provocar incendios.Posteriormente se han producido otros eventos de menor intensidad. En 1967 tres erupciones solares inutilizaron el sistema de radares de EE UU encargado de detectar la llegada de misiles soviéticos en plena guerra fría, entonces Washington pensó que el responsable era Moscú. Otra tormenta solar en marzo de 1989 dejó fuera de funcionamiento durante más de nueve horas la planta hidroeléctrica de Quebec (Canadá), los daños y la pérdida de ingresos se estimó en cientos de millones de dólares. Y en 1994 otra erupción inutilizó dos satélites de comunicaciones que orbitaban la tierra.

Estas últimas son consideradas tormentas de baja intensidad, nada que ver con lo que pudo observar Richard Carrington en 1859, pero… ¿y si se repitiera hoy algo así?

El evento Carrington no tuvo consecuencias brutales debido a que nuestra civilización estaba al principio de su evolución tecnológica. Si ocurriera en la actualidad los satélites artificiales dejarían de funcionar, las comunicaciones se imposibilitarían y los apagones eléctricos tendrían proporciones continentales quedando interrumpido el suministro durante semanas. Hoy la dependencia eléctrica es total. Sin disponer de electricidad tampoco se dispondría de agua corriente, de combustibles, de abastecimientos…

¿Estarías preparado?

-v

teoriadelmisterio

-Si el artículo te ha resultado interesante y quieres leer otros similares pulsa en seguir. Cuando haya nuevas publicaciones llegarán directamente a tu mail.

Publicaciones anteriores:  -La excéntrica casa Winchester.  -Los ecos de Dieppe.